La gota…
Precipitada desde los altos pies del corazón del cielo,
ha caído a tierra, destrozando su sagrado cuerpo...
tu cuerpo, el mío; fruto del fruto de esta tierra,
del Maíz. la fuerza de mi piel y el coraje de mi corazón,
la indomable furia de mi juventud
y la sabiduría de mi vejez,
el fruto de tu fruto soy tierra eterna.
Soy tu gente, tus calles retorcidas y antojadizas,
los barrios por donde la Siguanaba y el Sombrerón
anduvieron y enamoraron con su belleza o su cortejo
a los “donjuanes” y cándidas jóvenes en días de antaño.
Soy también tus huélgueros en el viernes doloroso,
y los penitentes, más cansados de cargar que de pecar;
y volver al dulce pecado luego de la semana.
Soy tu gente, tus sueños, tus esperanzas
de ver adelante y nunca, nunca bajar la vista.
Soy vos misma amasada en la piedra de moler,
y vuelta carne humana, para gritar que estas viva,
soy vos y soy tu amor por hacerte mejor cada día,
soy tu revolución un veinte de octubre.
soy tus sueños y esperanzas…
Soy Guatemala.
(Zeta)