La tragedia griega. Origen y representantes:
Esquilo, Sófocles y Eurípides. Sus obras más conocidas.
LA TRAGEDIA
La tragedia es una forma o género teatral cuyos personajes son ilustres y se ven enfrentados de
manera misteriosa, invencible e inevitable contra el destino (hado) fatal o los dioses, planteando un conflicto cuyo final es irremediablemente funesto,
su objetivo es promover en el espíritu del espectador una actitud de compasión
y temor, a la vez que procura la purificación (catarsis) propia
de estos, por medio de fuertes estados emotivos [...], según lo plantea en
su poética Aristóteles. El elemento trágico está, por lo tanto, en la contraposición
humano/divino y será este el que desarrolle toda la trama del drama trágico.
LA TRAGEDIA GRIEGA.
Origen:
Tiene su origen en la antigua Grecia, en
la ciudad de Atenas a finales del siglo VI A.C. madurando y desarrollándose un
siglo más tarde y completando su ciclo al finalizar la quinta centuria, fue sin
duda la forma artística a través de la cual se expresó de manera más brillante
la cultura griega y, que contribuyó grandemente a la unificación política y
nacional de los atenienses, ya que por medio de ellas enaltecían los méritos de
grandes gobernadores y héroes militares, y transmitían los conceptos religiosos
y morales predominantes de la época.
Inicia en las celebraciones a Dioniso, dios
de la vendimia y el vino, celebración en la cual se danzaba y se entonaban
cantos satíricos y ditirambos en honor a
este personaje. También era una festividad hacia la fecundidad y sexualidad. Su
nombre procede de los términos griegos tragos,
carnero o macho cabrío, y de ode,
canción; por lo cual su nombre puede proceder del término canción del macho
cabrío; canciones que entonaban los griegos durante esta festividad al dios.
Los ditirambos primitivos se convirtieron
en diálogos entre coreutas (miembros del coro) y el corifeo; o entre coreutas y
el corega (director del coro), en los que se narraban episodios de los mitos de
Dioniso. De esta manera lo que en un principio fue simplemente una expresión
religiosa, se transformó en una representación dramática.
Estas representaciones se realizaron al
aire libre, en las cercanías del templo a Dioniso, en las faldas de la
Acrópolis de Atenas. El público presenciaba el espectáculo sentado en gradas en
forma de semicírculo.
Por lo generalmente se presentaba en la
primavera, y sobre todo en los comienzos de su desarrollo, manteniendo un
notorio sentido moral y religioso, ya que era el inicio de dicha estación, la
fecha en que se celebraban las ofrendas y cultos al dios antes mencionado.
La tragedia como tal nació con las obras de Tespis y Frínico, y se consolidó con la tríada de los
grandes trágicos del clasicismo griego: Esquilo, Sófocles y Eurípides,
cuyas obras son solemnes, escritas en verso y estructuradas en escenas entre
personajes e intervalos del coro en forma de canciones, generalmente odas. En
su mayoría las obras se encontraban
basadas en mitos antiguos o relatos, que consideran el carácter de los
personajes, el papel de la humanidad en el mundo y las consecuencias de las
acciones individuales.
Tespis
Se considera a Tespis el padre del teatro,
y aunque no se conservan ninguna de sus obras, sabemos que fue un gran
innovador, y el primero en tomar temas diferentes al culto a Dioniso; además,
su innovación personal consistió en añadir al coro y al corifeo de los
ditirambos, un personaje que dialogaba con ambos: el protagonista. A Tespis se
debe también la introducción de la máscara como elemento teatral.
Al inicio, durante las festividades a Dioniso,
Los actores vestían disfraces de piel de cabra, mientras danzaban al compás de los
ditirambos, al perfeccionarse la misma con las obras de Tespis y los tres dramaturgos,
los actores utilizaron máscaras para caracterizar a sus personajes y a los dioses,
y zapatos altos llamados altos coturno.
Los concursos
En el año 534 a. C. Pisístrato dispuso que
en las fiestas dionisiacas que se celebraban todas las primaveras en Atenas, se
hicieran representaciones dramáticas compuestas por tres tragedias y un drama satírico, que se escogía por concurso entre
las obras representadas por varios autores. Los premios al ganador consistían en un macho cabrío para
las tragedias y una canasta de higos para la comedia.
Dentro del programa festivo había un
concurso dramático que duraba tres días, a lo largo de los cuales los autores
seleccionados representaban sus obras y un jurado concedía un premio al
vencedor. Las representaciones estaban organizadas por el estado y todo el
pueblo de Atenas estaba invitado.
Cuando los griegos iban al teatro conocían
de antemano los temas que se iban a representar, ya que procedían de leyendas y
mitos de los ciclos legendarios de Tebas y Mecenas y otros personajes y
leyendas derivados de la épica homérica: el ciclo de Micenas o de Argos, cuya
figura principal es Agamenón, y el de Tebas, cuya figura principal es Edipo.
Es importante mencionar que las muertes no
eran mostradas explícitamente en el desarrollo de la obra, pues solamente era apreciado y ejecutado el
dialogo, no así la acción, como en Edipo Rey, en que la muerte de Yoscastla es
únicamente narrada, pues la misma ocurre a puerta cerrada en sus aposentos.
Autores más importantes.
Como hemos mencionado ya, los autores más
importantes de la tragedia griega son Esquilo, Sófocles y Eurípides,
dramaturgos que perfeccionaron el arte dramático, los contenidos y la forma de
la tragedia.
Esquilo
Vivió entre los años de 525 a 456 a. C. Es
el primero de los tres grandes autores trágicos de Grecia, se le atribuye la
creación de la tragedia moderna, al aumentar a dos los actores, introduciendo
al deuteragonista, reduciendo así el papel del coro y dándole más importancia
al dialogo. Combatió contra los persas en las regiones de Maratón, Salamina y
Platea. En 484 fue ganador por primera vez del concurso de tragedia.
El lenguaje de sus tragedias es grandioso,
misterioso y rebuscado, inventando largos compuestos y empleando epítetos y
metáforas atrevidas. Sus personajes no son nada complejos. Los coros tienen una
misión por desempeñar y están involucrados en la acción; sus cantos son importantes
y explican a menudo el significado de los acontecimientos que preceden a la
acción.
Organizó sus tragedias en trilogías, a las
que se les une un drama satírico en el que el tema heroico era tratado con
comicidad, pero de estas piezas satíricas, en cambio, nada se conserva.
Obras
Se presume que escribió entre ochenta a
cien tragedias, de las cuales se conservan hasta nuestros días únicamente Los
persas, drama histórico en el cual se exalta el triunfo del pueblo griego sobre
los persas. Los siete delante de Tebas, exaltación de la valentía varonil y del
sino trágico que se cernía sobre la familia de Edipo, Prometeo encadenado, Las
suplicantes y la Orestiada, trilogía conformada por Agamenón, las Coéforas y
Las Euménides.
Las Coéforas (fragmento):
CLITEMNESTRA. ¡Pobre de mí!
Entiendo el sentido del enigma. Por la astucia moriremos tal como matamos. Que
alguien me entregue un hacha asesina rápidamente. Sepamos si somos ganadores o
derrotados, puesto que he llegado a esta decisión.
(Se va hacia palacio. Se abre la
puerta central y aparece Orestes con la espada ensangrentada. Junto a él
Pílades. Al fondo se ve el cadáver de Egisto.)
ORESTES. Precisamente a ti te
busco; él ya tiene su parte y le basta.
CLITEMNESTRA. ¡Ay de mí! ¡Estás
muerto, querido Egisto!
ORESTES. ¿A ese hombre amas? Pues
bien, yacerás en la misma tumba; ni siquiera muerto le traicionarás.
CLITEMNESTRA. Detente, hijo mío.
Respeta, criatura, este pecho sobre el que tantas veces, adormecido, chupabas
con tus labios la leche nutricia.
ORESTES. Pílades, ¿qué haré? ¿He de
temer matar a una madre?
PILADES. ¿Qué será ahora de los
oráculos de Loxias dados en Delfos y de los leales juramentos? Considera que
vale más ser enemigo de todos que de los dioses.
ORESTES. Reconozco que has vencido
y me aconsejas bien. (AClitemnestra.)
Sígueme, quiero degollarte cerca de
ese hombre.
Cuando vivía lo juzgaste mejor que
mi padre; duerme con él una vez muerta, puesto que le amas y odias al que
debías amar.
Eurípides
Es el creador del drama en que predomina
la pasión, las luchas y las escenas más patéticas, por lo cual se le considera
el más realista de los trágicos. Nació
en Salamina en 495 a.C.
Fue discípulo de Axágoras y amigo de
Sócrates. Ganó dieciséis veces el concurso de la tragedia. Es de él de quien
más obras completas han llegado hasta nuestros días, así como fragmentos de
otras; en su obra se aprecia que merma la importancia del coro, mientras trata
temas que ya habían sido escenificados por su predecesores, con la diferencia
de que sus personajes tuvieron más características reales que míticas.
Se aleja de la ortodoxia de Esquilo y
Sófocles; se declina por puntos de vista no convencionales ni tradicionales;
incluye en sus tragedias personajes socialmente insignificantes como las
mujeres y los esclavos; el coro es más lírico que dramático.
Destaca por su realismo, de ahí que se
inquiete por dibujar al hombre tal cual es, con sus conflictos internos, sus
miserias y sus dudas, vestido con prendas apropiadas a su sufrimiento. Le
interesa, sobre todo, el conflicto que se crea en la mente sus personajes,
donde reside la esencia de lo trágico. El lenguaje es contemporáneo y en
términos humanos, se enfrenta a convencionalismos sociales, como el bastardo
frente al hijo legítimo; el esclavo frente al libre; por mencionar algunos
Obras
De sus obras conservadas sobresalen Alcestes;
quien por insinuación de Apolo acepta morir en lugar de su esposo, el Rey
Admeto. Hipólito, Tragedia del amor imposible de Freda por su hijastro
Hipólito. Hécuba, la esposa de Priamo, el vencido Rey de Troya; es una madre
dolida y atormentada maquinando su venganza. Medea; la esposa de Jasón, conquistador
del Bellocino de oro, se enceguece de ira y celos al ver que ha sido
traicionada y en su venganza no vacila en dar muerte a su rival e hijos. Ifigenia
en Auride: Uno de los episodios precedentes de la guerra de Troya, la joven
hija de Agamenón será sacrificada en las
playas de Auride en honor de la diosa Artemisa. Otras obras de Eurípides
son: Las Heraclidas, Andromáca, Las troyanas, Herácles, Orestes, Electra,
Helena, Los fenicios y El ciclope.
Las troyanas (Fragmento):
HÉCUBA: ¡Ay, desventurada de mí! Dejo mi país natal y a mi ciudad entregada a las llamas. Así, pies
cansados por la vejez, dénse prisa a
saludarla por última vez, aunque les
cueste trabajo. ¡Oh dioses!... Pero, ¿qué dioses invoco? Antes, cuando los llamé, no me oyeron.
Precipitémonos, pues, en el fuego, pues será para mí lo más honroso perecer en él.
CORO: Tus males te hacen delirar. La gran ciudad, que ya no lo es, ha perecido; ya no existe Troya.
HÉCUBA: Troya resplandece, el fuego lo devora todo, la ciudad entera, las
más altas murallas...
CORO: Y como el viento se lleva al humo, así pereció mi patria.
HÉCUBA: ¡Oh, patria, madre de mis hijos!
CORO: ¡Ay de mí!
HÉCUBA: ¡Oigan, hijos, reconozcan la voz de vuestra madre!
CORO: ¿Llamas a los muertos con voz lúgubre?
HÉCUBA: Arrastrando por la tierra mis cansados miembros, e hiriéndola con
ambas manos.
CORO: Ahora nos toca a nosotras hincar la rodilla, llamando a nuestros esposos desdichados, que moran el infierno.
HÉCUBA: Nos llevan, nos arrastran...
CORO: La negra muerte cubre tus ojos.
HÉCUBA: El polvo semejante al humo, me roba la vista de mi palacio.
CORO: Se olvidará el nombre de esta región como todo se olvida; ya no
existe la desdichada Troya.
Sófocles
Originario de Colono y vivió entre 496 a
406 a.C. Es el más perfecto e innovador de los tres grandes trágicos, y el que abarcó
en su obra aspectos más humanos que divinos. En su primera participación en un
concurso de tragedias le ganó a Esquilo. Desde ese entonces se volvió preferido
de la población amante de este arte.
El tema de mayor presencia en sus
tragedias es el del individuo ante la sociedad, No son ya los dioses sino el
hombre con sus pasiones y caracteres, los que interesan a Sófocles. En sus
dramas los dioses actúan en la vida humana aplicando su justicia divina.
Además, se opone la tiranía, tal como en el drama Creonte, donde el poder
político es castigado. El lenguaje de Sófocles es decoroso, evitando lo grandioso
y lo excesivamente naturalista, y a menudo es denso, buscando más la economía
que la claridad.
Sus personajes, presentados como
hombres de carne y hueso suscitan la
viva simpatía de las docenas y miles de
espectadores. Limitó el papel del coro, buscando el fundamento de la acción en
la voluntad humana y dando al lenguaje más soltura y naturalidad.
Obras
Escribió aproximadamente ciento veintitrés
tragedias, de ellas se conservan Electra, Filoctetes, Áyax y la trilogía de
Edipo, conformada por Edipo Rey, Edipo en Colono, y Antígona.
Pese a que el ciclo de Edipo está unido
por medio de los temas, no conforman en sí una trilogía, la primera presenta al
héroe trágico, vencido por la fatalidad inexorable que lo empuja al parricidio
y incesto con su madre. La segunda es
la tragedia del héroe rehabilitado que
llega a Colona ciego y derrotado,
acompañado de su hija Antígona.
Finalmente
Antígona, sufre la condena de su tío Creonte, ante la desobediencia de dejar
insepulto el cadáver de su hermano Polinices, muerto en Tebas. Antígona es la
mejor de sus caracterizaciones femeninas.
Edipo Rey (Fragmento)
MENSAJERO.- Las palabras más
rápidas de decir y de entender: ha muerto la divina Yocasta.
CORIFEO.- ¡Oh desventurada! ¿Por
qué causa?
MENSAJERO.- Ella, por sí misma. De
lo ocurrido falta lo más doloroso, al no ser posible su contemplación. Pero,
sin embargo, en tanto yo pueda recordarlo te enterarás de los padecimientos de
aquella infortunada. Cuando, dejándose llevar por la pasión atravesó el
vestíbulo, se lanzó derechamente hacia la cámara nupcial mesándose los cabellos
con ambas manos. Una vez que entró, echando por dentro los cerrojos de las
puertas, llama a Layo, muerto ya desde hace tiempo, y le recuerda su antigua
simiente, por cuyas manos él mismo iba a morir y a dejar a su madre como
funesto medio de procreación para sus hijos. Deploraba el lecho donde,
desdichada, había engendrado una doble descendencia: un esposo de un esposo y
unos hijos de hijos. Y, después de esto, ya no sé cómo murió; pues Edipo, dando
gritos, se precipitó y, por él, no nos fue posible contemplar hasta el final el
infortunio de aquélla; más bien dirigíamos la mirada hacia él mientras daba
vueltas. En efecto, iba y venía hasta nosotros pidiéndonos que le
proporcionásemos una espada y que dónde se encontraba la esposa que no era
esposa, seno materno en dos ocasiones, para él y para sus hijos.
Estructura de la tragedia
Las tragedias griegas siguen todas una
misma estructura, en donde se mezclan las representaciones escénicas de los
actores y las intervenciones del coro de la siguiente manera:
·
Prologo: Diálogo entre dos de los personajes en
el cual se presenta la tragedia.
·
Párodo: Parte en la cual el coro hace su entrada
al escenario.
·
Episodio primero: Representación dramática de
los actores en el escenario.
·
Estásimo primero: Primera intervención del
coro estando ya en la orquesta.
·
Posteriormente se van intercalando otros
episodios con estásimos. Por ejemplo en
la tragedia Prometeo encadenado de Esquilo, hay tres episodios y tres
estásimos; mientras en Antígona de Sófocles, hay cinco episodios y cinco
estásimos.
·
La última intervención del coro, generalmente suele
dividirse en dos partes:
o
Un himno triunfal; un canto de alegría y
esperanza, entonado por el coro aún cuando se sabe que el desenlace será
trágico.
o
El éxodo; el cual consiste en la salida del coro
entonando un canto triste y de lamentaciones.
Temas
Los temas abordados en las tragedias
griegas, tiene su fundamento principalmente en hechos mitológicos de la
antigüedad griega, principalmente en los llamados ciclo troyano y tebano, donde
se relatan acontecimientos relativos a los personajes que participaron
directamente de dichos pasajes, tal como el siguiente pasaje de Agamenón de
Esquilo, transcrito a continuación, en el cual se hace referencia al trono
abandonado por la partida del rey hacia las costas troyanas, y los diez años
que han transcurrido desde su partida, mismos años de duración de la guerra de
Troya:
Agamenón (fragmento):
GUARDIÁN. ¡Oh salve, luminaria de
la noche, que anuncias una luz diurna y la celebración de numerosas danzas en
Argos, en gracia a este suceso!
¡Iú, iú! Estoy anunciando
claramente a la esposa de Agamenón que se alce rápidamente de su lecho y eleve
en la casa, con motivo de esta antorcha, un grito de alegría, si en verdad ha
sido conquistada Ilión, como la hoguera proclama con su brillo.
Y yo mismo bailaré el preludio,
pues voy a mover mis fichas de acuerdo con la jugada de mis amos: tres veces
seis me proporciona en suerte esta hoguera.
¡Ojalá que pueda, al volver el
señor de este palacio, aguantar con mi mano la suya querida! Lo demás callo: un
buey enorme pesa sobre mi lengua; pero el palacio mismo, si voz tuviera,
hablaría con claridad. Pero yo, de grado, me explico para los que saben y me
olvido del ignorante.
CORIFEO. Este es el décimo año
desde que el gran aniversario de Príamo, el rey
Menelao, y Agamenón, coyunda
poderosa de Atridas, honrada por Zeus en un doble trono y cetro, sacaron de
esta tierra una expedición argiva de mil naves.
Con fuerza, de su pecho gritaban la
guerra, a manera de buitres que en extremo dolor por sus polluelos revolotean
por encima del nido, bogando con los remos de sus alas, tras perder el trabajo
de empollar sus crías.
Pero alguien -quizá Apolo, o Pan, o
Zeus-, oyendo en las alturas el graznido agudo de estas aves, vecinas de su
reino, envía a los culpables una Erinis, tardía vengadora.
(Zeta)
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