LOS TRES RELATOS MÁS BREVES DEL ESPAÑOL













El Dinosaurio



Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso.




Desde su publicación El dinosaurio fue fue considerado el relato más breve en Lengua Española, hasta la publicación de otras dos obras durante los inicios del silo XXI, en los años 2005, El Emigrante, del mexicano Luis Felipe Lomelí y 2006, Luis XIV, del español Juan Pedro Aparicio.



El emigrante

—¿Olvida usted algo?
—¡Ojalá!
Luis Felipe Lomelí



Luis XIV

Yo.
Juan Pedro Aparicio

ENOJO Y PERDÓN


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¿Por qué cuesta volver a creer en alguien
 que te ha roto el corazón?
¿Por qué sentir esa ira que no deja florecer
 el perdón en el corazón?
La traición como único sentimiento corroe el ser,
no deja liberar las endorfinas que el cuerpo
desea sentir por la persona amada.
La traición te ciega,  te transforma en un ser insensible.
Será posible dejar de amar solo así,
Sin mayor preámbulo.

Perdón, Perdón, sentimiento que debes
aparecer en el momento indicado,
momento que el corazón, acongojado  
y la razón; dueña furiosa del pensamiento,
añoran sonreír nuevamente.
No abandones este ser que te necesita
y busca lentamente encontrar tu caricia
para poder volver a creer,
y volver cándidamente y sin reservas
a entregarse de lleno a la necesidad de amar.

No se puede volar sin tener alas,
no se puede amar sin tener
un sentimiento puro,
no se puede olvidar, ni entregar al pasado
ni dejar de lado un sentimiento de enojo
si el perdón no florece radiante en el alma,
al igual como el amanecer
que lleva consigo los rayos del astro rey;
potentes saetas que alumbran y reconfortan
todos los rincones de la tierra fría.

Haz volver a este corazón herido,
haz regresar al semblante taciturno
el calor de ese sentimiento
que una vez floreció ya, para amar y creer;
y guarda ahora en extraño escondite
la fuerza y la débil esperanza
para amar y desear nuevamente como antaño
perderse en sus caricias y sus besos,
pero, guiada por la razón,
no perderé en esta ocasión la cordura.



Black Swan

REALISMO MÁGICO EN HOMBRES DE MAÍZ


El realismo mágico. Definición y origen. Aplicarlo en la obra Hombre de Maíz de Miguel ángel Asturias.

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Realismo mágico

Definición

   El realismo mágico es un movimiento literario de mediados del siglo XX y el cual se define como una preocupación estilística, así como y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común, cuya finalidad no es suscitar emociones, sino expresarlas, y es sobre todo una definición y una actitud frente a la realidad.

     El realismo mágico se circunscribe a una forma de narración en la que, desde el realismo, se introducen elementos mágicos (si se quiere, se podrían llamar fantásticos, o irreales, o surrealistas, aunque dependería intrínsecamente de cada autor y de su obra), elementos que los personajes perciben como naturales. Este último punto es esencial, los personajes de cualquier narración que se englobe en la definición de realismo mágico no son conscientes en absoluto de ninguna anomalía respecto a la realidad de su mundo.

     Los escritores del realismo mágico tienen ciertos rasgos en común: una vinculación más o menos íntima con la realidad, un elemento fantástico que toma la forma de una exageración casi expresionista, grotesca y de pesadilla de ciertos aspectos de la realidad; una angustia, un fatalismo y un pesimismo atroz; un frecuente cultivo de la violencia y de la sordidez y una absorción del lenguaje popular y de la confusión y multiplicidad del mundo que presencian estos escritores. El realismo mágico en Latinoamérica es un movimiento ideológico, una actitud estética (consciente o inconsciente), que lleva a los escritores a valorar de manera universal sus diferentes formas de regionalismo, combinadas con elementos absurdos, irracionales e incomprensibles que son histórica y antropológicamente propios de la cultura americana. De esta manera, los escritores se valen de los mitos y las supersticiones para mostrar nuevos significados y descubrir las raíces comunes del ser humano americano y universal.

      En la obra mágico realista, el autor recrea un mundo en el que la magia y la realidad coexisten como si nacieran del interior mismo de las cosas, de los personajes, de los hechos, produciendo una exteriorización de sí mismo. A veces el realismo mágico bordea lo tradicional más que lo mágico, pues no parece tener algo sobrenatural. Sin embargo, las creencias, actitudes y acciones de los personajes están guiadas por una cosmovisión que incluye lo maravilloso como parte de la vida cotidiana.

     Gabriel García Márquez dice también que los escritores latinoamericanos deben trabajar en la investigación del lenguaje y de formas técnicas del relato, para que toda la magia de la realidad latinoamericana forme parte de todas las obras que se producen, y que la literatura de nuestro continente en realidad corresponda a la vida latinoamericana, donde suceden las cosas más extraordinarias todos los días. De lo que se trata es de asimilar esa forma de realidad y aceptar que ésta puede dar algo nuevo a la literatura universal.

     El escritor de realismo mágico no busca restablecer en sus relatos el orden racional del hombre occidental. Más bien, su esfuerzo está encaminado a comprender los temas de sus ficciones, desde una gramática que abandona la lógica para reformularse desde la magia, el mito o la leyenda. De esta manera, acepta la imagen mágica de la realidad e intenta reconstruirla o sublimarla desde la lógica del mito, de una leyenda, una historia cuyo motor es la maravilla, la magia o la fe en la fuerza de lo irracional. Se puede decir entonces, que el escritor latinoamericano ha demostrado que el realismo mágico es su respuesta, desde lo literario, a la multiplicidad y en alguna medida a la negación de la sociedad latinoamericana por parte de occidente. Los hechos presentados por el escritor de realismo mágico pueden parecerle al lector sobrenaturales, aunque de hecho lo que sucede es que éstos se encuentran vinculados a una realidad cultural, histórica y mítica de Latinoamérica y por lo tanto, en el fondo, resultan verdaderos.


      Origen

     El término fue utilizado inicialmente por el crítico de arte alemán, Franz Roh, pero no para la literatura, sino para una corriente expresionista en la pintura, caracterizada igualmente por incorporar elementos de fantasía y de irrealidad en una pintura de fondo realista. Posteriormente pasó al idioma español, con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico, realizado por la Revista de Occidente, misma que fue en gran medida influenciada por las obras surrealistas de la escritora chilena María Luisa Bombal. Más tarde, en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Uslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano, donde señala que lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podría llamarse un realismo mágico.

     Franz Roh originó el término de realismo mágico con la intención de caracterizar el retorno al realismo en la pintura, después de la utilización del estilo expresionista que para él era el más abstracto. En su texto, Roh delimitó las tendencias del impresionismo y del expresionismo, para dar a entender las razones que llevaron a la formación del postexpresionismo. Esto es que, según Roh, los pintores impresionistas optaron por pintar lo que veían, fieles a la naturaleza misma de los objetos y a sus propias sensaciones cromáticas.
     El Realismo mágico se trata, por lo tanto, de un movimiento literario, que alcanza su máxima expresión a mediados del siglo XX, impulsado sobre todo por la narrativa iberoamericana, pero también por otros autores como Günter Grass, Salman Rushdie o Milan Kundera.

     Alejo Carpentier utiliza el término “lo real maravilloso” en la introducción a su novela “El reino de este mundo”, del año 1949, aunque los críticos no se ponen de acuerdo en identificar ambos términos. Más bien parece que lo real maravilloso estaría más aceptado en los mitos y culturas africanas e indígenas, con un lenguaje muy barroco, lo que no sucede en otros autores del realismo mágico, pero todo ello no deja de estar en permanente discusión y debate.

     Asimismo, según Roh, los expresionistas, como reacción a esta forma de pintura impresionista, se rebelaron contra la naturaleza pintando objetos inexistentes o tan desfigurados que parecían extraterrestres. Los elementos más característicos del expresionismo son el color, el dinamismo y los sentimientos. No se trataba de reflejar el mundo de manera realista y fiel, sino, justamente al contrario: romper las formas. Lo que Roh descubrió en 1925 fue que pintores postexpresionistas estaban pintando nuevamente objetos ordinarios pero, a diferencia de los impresionistas, lo hacían con ojos maravillados porque más que regresar a la realidad, contemplaban el mundo como si éste volviera a surgir de la nada, en una suerte de magia de recreación. Es aquí donde la definición de los postexpresionistas sobre esta nueva realidad existente a los ojos del artista, empieza a tener una relación directa con la concepción de realismo mágico que se desarrolla en Latinoamérica y que migraría de la pintura a la literatura.

     Para Roh, la manera como los expresionistas veían la “verdad artística” era a través de la composición, la puesta y diseño de líneas y los colores, y no en los objetos mismos. El postexpresionismo ofrece entonces el milagro de la existencia en su imperturbable duración; “el milagro sin fin de las moléculas movibles y vibrantes”. En el post expresionismo, cuando se pone un pedazo de vidrio frente a la luz solar hay que sorprenderse de que no se derrita y de que inevitablemente no se transforme; los objetos en sí mismos tienen esa capacidad de asombro.

     Como una corriente literaria, el principal rasgo del realismo mágico se identifica por la desgarradura de la realidad por una acción fantástica descrita de un modo realista dentro de la narrativa. Ángel Flores fue el primero en llamar al rico estilo literario suramericano realismo mágico. A finales de los años sesenta el término empezó a embarcar a escritores de otros continentes. Paulatinamente, el realismo mágico fue ganando lugar en la conciencia literaria del mundo, hasta el punto que será necesario mucho más de una corriente literaria vanguardista para sustituir el realismo mágico y su poder. El realismo mágico apagó las diferencias culturales empleando una interpretación global y estándar; exagerándola algunas veces, y subrayando la tolerancia de que el ser humano es capaz. El realismo mágico empezó por decodificar la herencia del postmodernismo, así que el primer rasgo del estilo fue tratar las diferencias con deferencia.

      El realismo mágico también supera la imaginación de cualquier lector, sin desprenderlo de su cultura y tradiciones y todo aquello que se adquirió por educación, memorias heredadas de sus antepasados y de la vida misma. Asimismo, el realismo mágico persuadió la novela para que saltara por encima del muro de dos mil años que la historia novelística había construido sobre las lecturas y de prejuicios de la gente; el realismo mágico disuadió a la novela para que continuara el mismo rumbo del postmodernismo, monótono y estéril.

      Muchos escritores son considerados como pertenecientes a esta corriente literaria: entre ellos, podríamos mencionar a: Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Salmán Rushdie, Lisa St Aubin de Terán, Louis de Berniéres, Gunter Grass, Laura Esquivel.

Características

     Los siguientes elementos están presentes en muchas novelas del realismo mágico, pero no necesariamente todos se presentan en las mismas y también otras obras pertenecientes a otros géneros pueden presentar algunas características similares:

·         Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la realidad.
·         Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero, por lo general, nunca explicados.
·         Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
·         Las acciones se ubican en su mayoría en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica se hace presente.
·         Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
·         Se refiere a la novedad de los personajes irreales que siempre actúan sin actuar. La capacidad del personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.
·         El tiempo no avanza esencialmente en una sola dirección, y su duración está sujeta a la percepción del narrador.


Hombres de maíz

Autor



     Miguel Ángel Asturias nació en la Ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899, escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de Guatemala.


     Vivió parte importante de su vida adulta en el extranjero. Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920, estudió antropología y mitología indígena. Algunos científicos lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura. En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas. Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970, así como del realismo mágico

Hombres de maíz

     Su título hace referencia al mito contenido en el Popol Vuh, en el cual se relata que para la formación del hombre los dioses formadores utilizaron el maíz como base de la formula de su carne. Esta novela es generalmente considerada la obra maestra de Asturias, aunque sigue siendo una de sus novelas menos comprendidas. 

     El libro está escrito en seis partes, cada una explorando el contraste entre las costumbres tradicionales de los indígenas y las de una sociedad que está en pleno proceso de modernización y cambio. Explora el mundo mágico de las comunidades indígenas, un tema del cual el autor era a la vez apasionado y conocedor. La novela se basa en la leyenda tradicional, aunque la historia es una creación propia de Asturias. El argumento gira en torno a una comunidad indígena aislada, cuya tierra está amenazada por personas ajenas, con el propósito de su explotación comercial. Un líder indígena, Gaspar Ilom, encabeza la resistencia de la comunidad contra los colonos, quienes lo envenenan con la esperanza de frustrar la rebelión.

     A través de la alegoría, Asturias muestra cómo el imperialismo europeo y estadounidense domina y transforma las tradiciones indígenas en América Latina. Al final de la novela, vemos como se ha perdido el mundo mágico de la leyenda indígena; pero concluye con una nota, en como las personas se convierten en hormigas para transportar el maíz que han cosechado.

El realismo mágico en Hombres de Maíz.

     Se encuentra escrito en una forma en la cual se evoca a formar de su contenido un mito, la novela es experimental, ambiciosa y difícil de comprender. Por ejemplo, su "esquema de tiempo es un tiempo mítico en el que miles de años pueden ser comprimidos y vistos como un momento único"; además, el lenguaje del libro es "estructurado de manera análoga a los idiomas indígenas".

     Asturias recrea un ámbito mágico partiendo de la técnica del Popol Vuh, en la cual se recurre a la iteración, al paralelismo, en una expresión sintética que se sirve de la repetición para profundizar en las dimensiones ocultas y los conceptos, mientras la narración es diálogo y descripción al mismo tiempo. Este clima impregna todo lo que ocurre en la novela, donde cada acción, aún la más bárbara, asume un significado mítico y sagrado.

     Gaspar Ilom, un dirigente indígena es asesinado por un grupo de personas ajenas a la comunidad, con el fin de evitar una rebelión por parte del poblado. La muerte del Gaspar la obtienen sus adversarios sólo acudiendo a la traición: lo envenena. En la imaginación de los indios el Gaspar se transforma entonces inmediatamente en un ser casi divino, pues aunque el veneno ejerce su efecto sobre él, el pueblo contará que el viejo se hubiera salvado porque «se tragó el río», y lo que le venció fue la vista de su gente matada por las tropas del coronel Godoy. El personaje sigue siendo, de esta manera, el punto de referencia permanente y sugestivo para la espiritualidad indígena. Las fuerzas ocultas, las imperceptibles presencias mágicas de la naturaleza van tramando la venganza del Gaspar. Los «brujos de las luciérnagas» lanzan su maldición y condenan a todos aquellos que han intervenido en su muerte. Un mundo subterráneo se mueve en el libro, con el fin de realizar esta venganza; cada acto, cada movimiento converge irremisiblemente hacia un destino de muerte.

     Los capítulos que siguen no son más que momentos diversos del cumplimiento de esta maldición. En «Machojón» es la condena a la esterilidad de los personajes culpables del envenenamiento del Gaspar. Es así como el único hijo de Machojón desaparece, transformado para la gente -por inocente, detalle de extraordinaria poesía-, en luminaria del cielo, en el momento mismo en que iba a pedir la mano de su novia, Candelaria Reinosa.

     En el episodio titulado «El Venado de las Siete-Rozas», asistimos a la muerte de toda la familia Zacatón, sin distinguir entre hombres y mujeres, grandes y chicos, por mano de los hermanos Tecún. Es éste el remedio aconsejado por el «Curandero-venado» para curar del hipo que atormenta a la «nana» de los Tecún. Sabemos que el farmacéutico que proporcionó el veneno a los asesinos del Gaspar era un Zacatón.

     En «Coronel Chalo Godoy» asistimos a la muerte del hombre que, jefe de la «montada», había ordenado y dispuesto la eliminación de Ilóm. El coronel acaba quemado vivo, junto con parte de sus hombres, en un incendio provocado por los indios en la selva.

     El quinto episodio, titulado «María Tecún», presenta tenues vínculos con la trama central del libro. El único elemento que conecta este capítulo a los que lo preceden es que María Tecún, esposa del ciego Goyo Yic, que ella ha abandonado junto con sus hijos, es en realidad una Zacatón, que el ciego salvó cuando era niña de la matanza de los hermanos Tecún y más tarde se casó con ella.

     El último episodio, «Correo-Coyote», narra el largo viaje que el cartero Nicho Aquino cumple desde San Miguel Acatán hasta la capital, obsesionado por el hecho de que su esposa lo ha dejado. Prisionero de esta preocupación agobiante, pierde el camino y atraído por el «brujo de las luciérnagas» entra, transformado en coyote, su nahual, en el mundo sobrenatural, donde encuentra la explicación a todos los acontecimientos que el libro ha narrado. Recuperada, después, su figura normal, acabará siendo el amante de una mesonera y luego su heredero, en la costa, cerca de una prisión donde encuentra también al ciego Goyo Yic y a su esposa, María Tecún.

     Trama particularmente complicada, la de Hombres de maíz, que parece dispersa. Los distintos capítulos se presentan a simple vista desligados aunque en el fondo cada uno está hábilmente hilado a los demás.




(Zeta)

LA TRAGEDIA GRIEGA


La tragedia griega. Origen y representantes: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Sus obras más conocidas.


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LA TRAGEDIA

     La tragedia es una forma o género  teatral cuyos personajes  son ilustres y se ven enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable contra el destino  (hado) fatal o los dioses, planteando  un conflicto cuyo final es irremediablemente funesto, su objetivo es promover en el espíritu del espectador una actitud de compasión y temor, a la vez que procura la purificación (catarsis) propia de estos, por medio de fuertes estados emotivos [...], según lo plantea en su poética Aristóteles. El elemento trágico está, por lo tanto, en la contraposición humano/divino y será este el que desarrolle toda la trama del drama trágico.

LA TRAGEDIA GRIEGA.

Origen:

     Tiene su origen en la antigua Grecia, en la ciudad de Atenas a finales del siglo VI A.C. madurando y desarrollándose un siglo más tarde y completando su ciclo al finalizar la quinta centuria, fue sin duda la forma artística a través de la cual se expresó de manera más brillante la cultura griega y, que contribuyó grandemente a la unificación política y nacional de los atenienses, ya que por medio de ellas enaltecían los méritos de grandes gobernadores y héroes militares, y transmitían los conceptos religiosos y morales predominantes de la época.

     Inicia en las celebraciones a Dioniso, dios de la vendimia y el vino, celebración en la cual se danzaba y se entonaban cantos satíricos  y ditirambos en honor a este personaje. También era una festividad hacia la fecundidad y sexualidad. Su nombre procede de los términos griegos tragos, carnero o macho cabrío, y de ode, canción; por lo cual su nombre puede proceder del término canción del macho cabrío; canciones que entonaban los griegos durante esta festividad al dios.

     Los ditirambos primitivos se convirtieron en diálogos entre coreutas (miembros del coro) y el corifeo; o entre coreutas y el corega (director del coro), en los que se narraban episodios de los mitos de Dioniso. De esta manera lo que en un principio fue simplemente una expresión religiosa, se transformó en una representación dramática.

     Estas representaciones se realizaron al aire libre, en las cercanías del templo a Dioniso, en las faldas de la Acrópolis de Atenas. El público presenciaba el espectáculo sentado en gradas en forma de semicírculo.

     Por lo generalmente se presentaba en la primavera, y sobre todo en los comienzos de su desarrollo, manteniendo un notorio sentido moral y religioso, ya que era el inicio de dicha estación, la fecha en que se celebraban las ofrendas y cultos al dios antes mencionado.

     La tragedia como tal  nació con las obras de Tespis y Frínico, y se consolidó con la tríada de los grandes trágicos del clasicismo griego: Esquilo, Sófocles y Eurípides, cuyas obras son solemnes, escritas en verso y estructuradas en escenas entre personajes e intervalos del coro en forma de canciones, generalmente odas. En su mayoría las obras se encontraban  basadas en mitos antiguos o relatos, que consideran el carácter de los personajes, el papel de la humanidad en el mundo y las consecuencias de las acciones individuales.

Tespis

     Se considera a Tespis el padre del teatro, y aunque no se conservan ninguna de sus obras, sabemos que fue un gran innovador, y el primero en tomar temas diferentes al culto a Dioniso; además, su innovación personal consistió en añadir al coro y al corifeo de los ditirambos, un personaje que dialogaba con ambos: el protagonista. A Tespis se debe también la introducción de la máscara como elemento teatral.

     Al inicio, durante las festividades a Dioniso, Los actores vestían disfraces de piel de cabra, mientras danzaban al compás de los ditirambos, al perfeccionarse la misma con las obras de Tespis y los tres dramaturgos, los actores utilizaron máscaras para caracterizar a sus personajes y a los dioses, y zapatos altos llamados altos coturno.

Los concursos

     En el año 534 a. C. Pisístrato dispuso que en las fiestas dionisiacas que se celebraban todas las primaveras en Atenas, se hicieran representaciones dramáticas compuestas por tres  tragedias y un  drama satírico, que se escogía por concurso entre las obras representadas por varios autores. Los premios al  ganador consistían en un macho cabrío para las tragedias y una canasta de higos para la comedia.

     Dentro del programa festivo había un concurso dramático que duraba tres días, a lo largo de los cuales los autores seleccionados representaban sus obras y un jurado concedía un premio al vencedor. Las representaciones estaban organizadas por el estado y todo el pueblo de Atenas estaba invitado.

     Cuando los griegos iban al teatro conocían de antemano los temas que se iban a representar, ya que procedían de leyendas y mitos de los ciclos legendarios de Tebas y Mecenas y otros personajes y leyendas derivados de la épica homérica: el ciclo de Micenas o de Argos, cuya figura principal es Agamenón, y el de Tebas, cuya figura principal es Edipo.

     Es importante mencionar que las muertes no eran mostradas explícitamente en el desarrollo de la obra,  pues solamente era apreciado y ejecutado el dialogo, no así la acción, como en Edipo Rey, en que la muerte de Yoscastla es únicamente narrada, pues la misma ocurre a puerta cerrada en sus aposentos.

Autores más importantes.

     Como hemos mencionado ya, los autores más importantes de la tragedia griega son Esquilo, Sófocles y Eurípides, dramaturgos que perfeccionaron el arte dramático, los contenidos y la forma de la tragedia.

Esquilo

     Vivió entre los años de 525 a 456 a. C. Es el primero de los tres grandes autores trágicos de Grecia, se le atribuye la creación de la tragedia moderna, al aumentar a dos los actores, introduciendo al deuteragonista, reduciendo así el papel del coro y dándole más importancia al dialogo. Combatió contra los persas en las regiones de Maratón, Salamina y Platea. En 484 fue ganador por primera vez del concurso de tragedia.

     El lenguaje de sus tragedias es grandioso, misterioso y rebuscado, inventando largos compuestos y empleando epítetos y metáforas atrevidas. Sus personajes no son nada complejos. Los coros tienen una misión por desempeñar y están involucrados en la acción; sus cantos son importantes y explican a menudo el significado de los acontecimientos que preceden a la acción.

     Organizó sus tragedias en trilogías, a las que se les une un drama satírico en el que el tema heroico era tratado con comicidad, pero de estas piezas satíricas, en cambio, nada se conserva.

Obras

     Se presume que escribió entre ochenta a cien tragedias, de las cuales se conservan hasta nuestros días únicamente Los persas, drama histórico en el cual se exalta el triunfo del pueblo griego sobre los persas. Los siete delante de Tebas, exaltación de la valentía varonil y del sino trágico que se cernía sobre la familia de Edipo, Prometeo encadenado, Las suplicantes y la Orestiada, trilogía conformada por Agamenón, las Coéforas y Las Euménides.

Las Coéforas (fragmento):

CLITEMNESTRA. ¡Pobre de mí! Entiendo el sentido del enigma. Por la astucia moriremos tal como matamos. Que alguien me entregue un hacha asesina rápidamente. Sepamos si somos ganadores o derrotados, puesto que he llegado a esta decisión.
(Se va hacia palacio. Se abre la puerta central y aparece Orestes con la espada ensangrentada. Junto a él Pílades. Al fondo se ve el cadáver de Egisto.)

ORESTES. Precisamente a ti te busco; él ya tiene su parte y le basta.

CLITEMNESTRA. ¡Ay de mí! ¡Estás muerto, querido Egisto!

ORESTES. ¿A ese hombre amas? Pues bien, yacerás en la misma tumba; ni siquiera muerto le traicionarás.

CLITEMNESTRA. Detente, hijo mío. Respeta, criatura, este pecho sobre el que tantas veces, adormecido, chupabas con tus labios la leche nutricia.

ORESTES. Pílades, ¿qué haré? ¿He de temer matar a una madre?

PILADES. ¿Qué será ahora de los oráculos de Loxias dados en Delfos y de los leales juramentos? Considera que vale más ser enemigo de todos que de los dioses.

ORESTES. Reconozco que has vencido y me aconsejas bien. (AClitemnestra.)
Sígueme, quiero degollarte cerca de ese hombre.

Cuando vivía lo juzgaste mejor que mi padre; duerme con él una vez muerta, puesto que le amas y odias al que debías amar.

Eurípides

     Es el creador del drama en que predomina la pasión, las luchas y las escenas más patéticas, por lo cual se le considera el más realista de los trágicos.  Nació en Salamina  en 495 a.C.

     Fue discípulo de Axágoras y amigo de Sócrates. Ganó dieciséis veces el concurso de la tragedia. Es de él de quien más obras completas han llegado hasta nuestros días, así como fragmentos de otras; en su obra se aprecia que merma la importancia del coro, mientras trata temas que ya habían sido escenificados por su predecesores, con la diferencia de que sus personajes tuvieron más características reales que míticas.

     Se aleja de la ortodoxia de Esquilo y Sófocles; se declina por puntos de vista no convencionales ni tradicionales; incluye en sus tragedias personajes socialmente insignificantes como las mujeres y los esclavos; el coro es más lírico que dramático.

     Destaca por su realismo, de ahí que se inquiete por dibujar al hombre tal cual es, con sus conflictos internos, sus miserias y sus dudas, vestido con prendas apropiadas a su sufrimiento. Le interesa, sobre todo, el conflicto que se crea en la mente sus personajes, donde reside la esencia de lo trágico. El lenguaje es contemporáneo y en términos humanos, se enfrenta a convencionalismos sociales, como el bastardo frente al hijo legítimo; el esclavo frente al libre; por mencionar algunos

Obras

     De sus obras conservadas sobresalen Alcestes; quien por insinuación de Apolo acepta morir en lugar de su esposo, el Rey Admeto. Hipólito, Tragedia del amor imposible de Freda por su hijastro Hipólito. Hécuba, la esposa de Priamo, el vencido Rey de Troya; es una madre dolida y atormentada maquinando su venganza. Medea; la esposa de Jasón, conquistador del Bellocino de oro, se enceguece de ira y celos al ver que ha sido traicionada y en su venganza no vacila en dar muerte a su rival e hijos. Ifigenia en Auride: Uno de los episodios precedentes de la guerra de Troya, la joven hija de Agamenón será sacrificada en las  playas de Auride en honor de la diosa Artemisa. Otras obras de Eurípides son: Las Heraclidas, Andromáca, Las troyanas, Herácles, Orestes, Electra, Helena, Los fenicios y  El ciclope.

Las troyanas (Fragmento):

HÉCUBA: ¡Ay, desventurada de mí! Dejo mi país natal y a mi  ciudad entregada a las llamas. Así, pies cansados por  la vejez, dénse prisa a saludarla por última vez, aunque  les cueste trabajo. ¡Oh dioses!... Pero, ¿qué dioses  invoco? Antes, cuando los llamé, no me oyeron. Precipitémonos, pues, en el fuego, pues será para mí  lo más honroso perecer en él.

CORO: Tus males te hacen delirar. La gran ciudad, que ya  no lo es, ha perecido; ya no existe Troya.

HÉCUBA: Troya resplandece, el fuego lo devora todo, la ciudad entera, las más altas murallas...

CORO: Y como el viento se lleva al humo, así pereció mi patria.

HÉCUBA: ¡Oh, patria, madre de mis hijos!

CORO: ¡Ay de mí!

HÉCUBA: ¡Oigan, hijos, reconozcan la voz de vuestra madre!

CORO: ¿Llamas a los muertos con voz lúgubre?

HÉCUBA: Arrastrando por la tierra mis cansados miembros, e hiriéndola con ambas manos.

CORO: Ahora nos toca a nosotras hincar la rodilla, llamando  a nuestros esposos desdichados, que moran el  infierno.

HÉCUBA: Nos llevan, nos arrastran...

CORO: La negra muerte cubre tus ojos.

HÉCUBA: El polvo semejante al humo, me roba la vista de mi palacio.

CORO: Se olvidará el nombre de esta región como todo se olvida; ya no existe la desdichada Troya.


Sófocles

     Originario de Colono y vivió entre 496 a 406 a.C. Es el más perfecto e innovador de los tres grandes trágicos, y el que abarcó en su obra aspectos más humanos que divinos. En su primera participación en un concurso de tragedias le ganó a Esquilo. Desde ese entonces se volvió preferido de la población amante de este arte.

     El tema de mayor presencia en sus tragedias es el del individuo ante la sociedad, No son ya los dioses sino el hombre con sus pasiones y caracteres, los que interesan a Sófocles. En sus dramas los dioses actúan en la vida humana aplicando su justicia divina. Además, se opone la tiranía, tal como en el drama Creonte, donde el poder político es castigado. El lenguaje de Sófocles es decoroso, evitando lo grandioso y lo excesivamente naturalista, y a menudo es denso, buscando más la economía que la claridad.

     Sus personajes, presentados como hombres  de carne y hueso suscitan la viva simpatía  de las docenas y miles de espectadores. Limitó el papel del coro, buscando el fundamento de la acción en la voluntad humana y dando al lenguaje más soltura y naturalidad.

Obras

     Escribió aproximadamente ciento veintitrés tragedias, de ellas se conservan Electra, Filoctetes, Áyax y la trilogía de Edipo, conformada por Edipo Rey, Edipo en Colono, y Antígona.

     Pese a que el ciclo de Edipo está unido por medio de los temas, no conforman en sí una trilogía, la primera presenta al héroe trágico, vencido por la fatalidad inexorable que lo empuja al parricidio y incesto con su madre. La segunda  es la  tragedia del héroe rehabilitado que llega a Colona ciego y derrotado,  acompañado de su hija Antígona.

Finalmente Antígona, sufre la condena de su tío Creonte, ante la desobediencia de dejar insepulto el cadáver de su hermano Polinices, muerto en Tebas. Antígona es la mejor de sus caracterizaciones femeninas.

Edipo Rey (Fragmento)

MENSAJERO.- Las palabras más rápidas de decir y de entender: ha muerto la divina Yocasta.

CORIFEO.- ¡Oh desventurada! ¿Por qué causa?

MENSAJERO.- Ella, por sí misma. De lo ocurrido falta lo más doloroso, al no ser posible su contemplación. Pero, sin embargo, en tanto yo pueda recordarlo te enterarás de los padecimientos de aquella infortunada. Cuando, dejándose llevar por la pasión atravesó el vestíbulo, se lanzó derechamente hacia la cámara nupcial mesándose los cabellos con ambas manos. Una vez que entró, echando por dentro los cerrojos de las puertas, llama a Layo, muerto ya desde hace tiempo, y le recuerda su antigua simiente, por cuyas manos él mismo iba a morir y a dejar a su madre como funesto medio de procreación para sus hijos. Deploraba el lecho donde, desdichada, había engendrado una doble descendencia: un esposo de un esposo y unos hijos de hijos. Y, después de esto, ya no sé cómo murió; pues Edipo, dando gritos, se precipitó y, por él, no nos fue posible contemplar hasta el final el infortunio de aquélla; más bien dirigíamos la mirada hacia él mientras daba vueltas. En efecto, iba y venía hasta nosotros pidiéndonos que le proporcionásemos una espada y que dónde se encontraba la esposa que no era esposa, seno materno en dos ocasiones, para él y para sus hijos.

Estructura de la tragedia

     Las tragedias griegas siguen todas una misma estructura, en donde se mezclan las representaciones escénicas de los actores y las intervenciones del coro de la siguiente manera:

·         Prologo: Diálogo entre dos de los personajes en el cual se presenta la tragedia.

·         Párodo: Parte en la cual el coro hace su entrada al escenario.

·         Episodio primero: Representación dramática de los actores  en el escenario.

·         Estásimo primero: Primera intervención del coro  estando ya en la orquesta.

·         Posteriormente se van intercalando otros episodios con estásimos. Por ejemplo  en la tragedia Prometeo encadenado de Esquilo, hay tres episodios y tres estásimos; mientras en Antígona de Sófocles, hay cinco episodios y cinco estásimos.

·         La última intervención del coro, generalmente suele dividirse en dos partes:

o   Un himno triunfal; un canto de alegría y esperanza, entonado por el coro aún cuando se sabe que el desenlace será trágico.
o   El éxodo; el cual consiste en la salida del coro entonando un canto triste y de lamentaciones.

Temas

     Los temas abordados en las tragedias griegas, tiene su fundamento principalmente en hechos mitológicos de la antigüedad griega, principalmente en los llamados ciclo troyano y tebano, donde se relatan acontecimientos relativos a los personajes que participaron directamente de dichos pasajes, tal como el siguiente pasaje de Agamenón de Esquilo, transcrito a continuación, en el cual se hace referencia al trono abandonado por la partida del rey hacia las costas troyanas, y los diez años que han transcurrido desde su partida, mismos años de duración de la guerra de Troya:

Agamenón (fragmento):

GUARDIÁN. ¡Oh salve, luminaria de la noche, que anuncias una luz diurna y la celebración de numerosas danzas en Argos, en gracia a este suceso!

¡Iú, iú! Estoy anunciando claramente a la esposa de Agamenón que se alce rápidamente de su lecho y eleve en la casa, con motivo de esta antorcha, un grito de alegría, si en verdad ha sido conquistada Ilión, como la hoguera proclama con su brillo.
Y yo mismo bailaré el preludio, pues voy a mover mis fichas de acuerdo con la jugada de mis amos: tres veces seis me proporciona en suerte esta hoguera.

¡Ojalá que pueda, al volver el señor de este palacio, aguantar con mi mano la suya querida! Lo demás callo: un buey enorme pesa sobre mi lengua; pero el palacio mismo, si voz tuviera, hablaría con claridad. Pero yo, de grado, me explico para los que saben y me olvido del ignorante.

CORIFEO. Este es el décimo año desde que el gran aniversario de Príamo, el rey
Menelao, y Agamenón, coyunda poderosa de Atridas, honrada por Zeus en un doble trono y cetro, sacaron de esta tierra una expedición argiva de mil naves.

Con fuerza, de su pecho gritaban la guerra, a manera de buitres que en extremo dolor por sus polluelos revolotean por encima del nido, bogando con los remos de sus alas, tras perder el trabajo de empollar sus crías.

Pero alguien -quizá Apolo, o Pan, o Zeus-, oyendo en las alturas el graznido agudo de estas aves, vecinas de su reino, envía a los culpables una Erinis, tardía vengadora.




(Zeta)